[Y como se encuentra extrañamente aliviado por el cambio de tema, va a aprovechar de seguir por ahí.] Considerando que poseo lo que se llama una memoria eidética, diría que aunque me es posible olvidar, lo hago en un porcentaje y con una frecuencia muchísimo menor que un ser humano promedio. Una capacidad de retención a corto plazo de aproximadamente el 98 por ciento, y a largo de un 91 por ciento, con alrededor de un 0.5 de margen de error.
Lo que, por supuesto, hace muy difícil que olvide cualquier cosa.