No tenía a ninguno de mis padres tampoco, verdad. Pero whatever, me servirá para hacerme a la idea de que siempre va a ser así conmigo. Pero no te atrevas a venirme con la maldita idiotez de que puedo contar contigo cuándo estás así, que es una maldita basura. Estaba aterrado, sabiendo que era bastante posible que, Nadalandia o no, muriera ese día, y no te tuve ahí.