[Supongamos que era una chica. Una chica que deseaba poder sentirse bonita, no sólo verse. Una chica que quisiera poderse sentir orgullosa de si misma, de su herencia, poderse saber fuerte y valiente. Una chica que quisiera poder estar segura que ella y sus amigos SÍ van a sobrevivir a los trabajitos que les encarguen los dioses.
Y entonces esa chica... esa chica quisiera poder ser adulta, porque eso soluciona todos sus problemas, ¿cierto?
Bueno, pues. Cierto, a menos que la mente de esa chica siga siendo la de una adolescente de quince y no la de la adulto que ella había estado esperando]