[Y si hay luz de luna, podrás ver tu esqueleto a través de los jirones de carne. Y a él intentando lanzarte una mirada tranquilizadora a través de su rostro cadavérico.] Es una maldición azteca, lanzada sobre el tesoro de Cortéz. [Te muestra su pieza.] Mientras no las regresemos, no estaremos ni vivos ni muertos. [Te sonríe.] No podrán hacernos daño.