[Te mira, completamente sonrojado.] Ni te has dado cuenta, ¿cierto?
No. No me molesta porque... [Oculta su rostro contra tu cuello. Siente como su corazón late demasiado rápido, incluso para él.] Tu también me gustas, Dick. Te quiero demasiado como para sugerir que me torturen con tal de que no te hagan nada a ti.