Esa persona, otro caballero, si bien un tipo distinto de caballero, también tenía un lord a quién proteger, y en su momento... en ese momento, ese lord tampoco se encontraba en ese misterioso lugar. Podía entender el enojo, la soledad, incluso el dolor que el primer fallido caballero sentía, su... necesidad. De poder proteger a esta brillante, magnífica persona.
[Te dirige una sonrisa muy, muy suave]
El caballero nunca había tenido alguien que pudiera entender. Alguien que pudiera ser no alguien a quien proteger, no alguien con quien competir sino... ah.