[Una última cuchillada. Una última explosión. Hay gritos de batalla y balas, flechas y espadas y magia para pode defender al lugar que, por ahora, por el capricho de quién sabe quién, llaman hogar por ahora.
Y entonces, los monstruos duermen. Las sirenas se vuelven espuma y flotan con el aire. El kraken se enrosca en sus tentáculos sobrantes y va hacia el fondo del lagomar y más allá de eso, hacia la oscuridad donde sólo Verne podría imaginar. Los fantasmas vuelven a sus tumbas, los espíritus de fuego calmados por aquellos con quienes tienen contratos. Chernabog lanza un gesto de hastidio al sol que sale antes de envolverse en sus alas y dejar que el volcán vuelva a ser solamente un volcán. Los titanes, derrotados, huyen por el agujero que los trajo, cada uno con más prisa que el otro.
Y entonces, sólo hay silencio en Nadalandia]
[No por mucho, sin embargo, que justo antes de que los combatientes puedan decidir dar un grito de alegría, se escucha una fanfarria de vuvuzuelas y un pergamino que aparece en la puerta de Mansión.]
¡FELICIDADES POR UN BUEN DÍA DE COMBATE! ¿Se divirtieron? En muestra de nuestro cariño y aprecio, les regalamos VEINTICUATRO HORAS LIBRES DE MALDICIONES. ¡Disfruten! (Por problemas de la imprenta, ya llevan dos de esas horas gastadas. Whoops.)
[[Traducción: Durante la duración del post, nada malo va a pasar. Si alguno de los enemigos de Remy cocina, la comida va a salir bien. Aquellos con dolores/heridas crónicas como Sakura o Break no van a sentir dolor por el post. El WOEISME de algunos de repente, por la duración del post, se desvanece en un sentimiento de 'hice lo mejor que pude y aunque no ue suficiente, no es mi culpa'. Veinticuatrodos horas de puro kumbaya, señores.]]