[El cabreo resultante de la charla en la biblioteca se ha ido calmando y siente menos ganas de descargarse de manera violenta en algo o alguien. Haber tomado la guardia de noche es lo mejor que puede hacer, porque hace meses que no duerme y es mejor utilizar es el tiempo extra.
Lleva horas vigilando, mirando con aburrimiento a sus alrededores. No hay nada fuera de lo común.
Pero después de un rato, dos figuras por separado, a lo lejos, empiezan a asomarse. Vienen del cementerio, así que asume que es gente nueva y decide no tomarles importancia.
Ya habrá gente que se encargue de guiarlos, porque él no está de ganas.]
((Carne fresca, carne fresca :D))