Desde hace tiempo llevo un registro de los habitantes de Nadalandia, sobre todo de aquellos que tienen poderes o habilidades físicas extraordinarias. [Mueve la mano señalando a todos.] Por eso conozco las habilidades básicas de los presentes y comencé desde antes a dividirlos en distintos grupos, ya sea por cómo se complementan sus habilidades y como pueden llevarse, porque no estaría bien poner a dos personas que se detestan en el mismo lugar.
También tengo un registro de las zonas potencialmente seguras.