Entonces nuestra misión fue detener a Lucifer y sus intenciones. Durante las batallas me fui acercando más y más a los humanos, especialmente a Dean.
Su fervor me hizo cuestionar mi propia existencia. Los ángeles estamos creados para obedecer, pero yo no sabía si las ordenes que recibía eran en verdad justas y dignas de Dios.