No necesariamente. Muchas veces lo que nos hace feliz al comer lo que sea son los recuerdos, no en sí el sabor. La buena comida se disfruta, claro, pero hay mil factores que pueden influir: la compañía, el humor, el clima.
La comida más querida nunca es la gourmet, sino la que tienes al lado de alguien querido.