No realmente. Está la mensajería, servicio de escolta, servicio de psicopompos, asistir a dormir mortales, cuidar a los viajeros que lo pidan, supervisar el mercado de valores romano, dejar chiripas de vez en cuando, más cualquier tontería que me pida mi padre que suelen ser ayudar a alguna novia o hijo ilegítimo a salir del rango de su mujer.
Muy poco tiempo para la música, en especial desde que vendí la patente de los instrumentos de cuerda hace milenios.