Veamos, entonces. [Bebe un poco antes de ponerse a contar.] Hará cosa de dos meses me hallaba de noche en mi habitación, terminando de leer unos libros que había estado estudiando. Era bastante tarde ya, y como no daba señales de que me fuera a entrar sueño y temía que mi repentino insomnio pudiese molestar a mi compañera de cuarto, decidí salir a dar un paseo nocturno, para estirar los pies y airear un poco las ideas.