Pero lo que sí puedo prometer son dos cosas. Una, nunca voy a asumir que la única manera de poder pelear es sacrificando mi vida. Si me llegan a matar va a ser porque alguien fue más fuerte, más rápido, o porque como el jodido imbécil que soy me equivoqué en algo... o porque los porings me comieron. No descarto esa posibilidad aún.
Pero nunca, nunca, NUNCA voy a simplemente sacrificarme y dejar que tú y todos mis y seres queridos tengan que ocuparse de todo lo demás que puede estar por venir.