Inenta... intenta reconquistarlo. Demuestrale con acciones las promeas que le haces, que no son simples palabras. [Toma tu rostro entre sus manos, para que veas al rostro.] Te lo advertí, ¿recuerdas? Que necesitabas demostrarle que él era lo más importante para ti.
Pues bien, llegó el momento en que en verdad lo hagas.