Estaba en casa con mi padre. Últimamente no pasábamos mucho tiempo juntos y él se tomó la tarde libre para estar conmigo. Se supone que iba a ser una tarde tranquila, solo él y yo, bebiendo café mientras recordábamos viejas cosas.
[Suspira.] Tocaron a la puerta. Y yo fui muy descuidada, no me fijé en la mirilla ni pregunté quien era, solo la abrí y... [Se lleva una mano a la cadera.]