Obviamente mi papá no sabía nada. Sino el castigo hubiera sido épico y apocalíptico. Ni que decir que a Pam de seguro la hubiera mandado de vuelta a la correccional.
El verdadero problema fue cuando me enteré, al escucharlo hablar con alguien del trabajo, que todas las fabricas de las corporaciones a las que habíamos entrado fueron atacadas días después por un mercenario llamado Temblor.
Y eso hubiera sido como que demasiada coincidencia ¿no?