[Ese miedo intenso provoca que tiemble un poco, aferrándose a tí, su mano contra tu espalda acariciándola.]
N-No... No tengas miedo...
[Se inclina hacia tu cuello, lamiendo suavemente sobre el punto planeado. Con cuidado y delicadeza, encaja la mordida y empieza a beber. El estar junto a tí y sentir su hambre y el tuyo sólo provoca que beba un poco más.]