[Profundiza más el beso, uno que otro gemido pequeño escapando de sus labios durante el proceso. Te envuelve en un abrazo, con el sólo propósito de que recibas todos aquellos sentimientos que se encuentran dentro de él, algunos que había escondido por mucho tiempo. Interrumpe el beso para respirar, su frente contra la tuya, sin dejar de abrazarte. Trata de preguntarse qué es toda esa tristeza y esa culpa que sientes que sólo lo inquieta. El hambre que ambos sienten es casi para volverlo loco.]