[Te besa con algo que es mucho más profundo que el hambre, pese a lo lento que lo hace, tomándose el tiempo de recorrer tu boca profundo. Ríe contra tus labios cuando acaricias el anillo, despacito. Él entiende. Puede sentir ese "mío", y puede responder con un "tuyo/mío" propio, sólo en el lenguaje de las emociones.]