[No es necesario porque puede sentirla, y por un breve instante se pierde en la paz que tu confianza le da. Pero no puede olvidar lo otro, y menos cuando le confirmas que en efecto algo pasa.] Ven. Ven, sentémonos.
[Te guía al sofá, sin soltar tu mano, intentando conscientemente proyectar tranquilidad y amor pese a lo preocupado que está. Quizá sea suficiente así.]