[Lleva una mano a su cuello, donde apenas hace unos minutos atrás estaban tus colmillos y, firme, busca tu mano con la otra.
Su voz es firme, pero es clara su tristeza.]
Vas a querer matarme, Zero. Juraste que lo harías la próxima vez que nos veamos. Yo . . . Yo juré que nunca dejaría de huir, para que tuvieras una razón para estar con vida.