[Comienza a abrirlo con algo de recelo. Pero cuando ve lo que hay dentro, se le iluminan los ojos.] ¡Por todos los cielos! ¡No creo posible que sea...! [Saca un maletín de cuero con una nota colgando de una de las manijas. Ríe.] ¡Díos mío! ¡Pero ciertamente lo es!