Y es que eso igual sigue siendo algo subjetivo. Hay algunas personas que realmente parecen fanáticas de tener el ceño fruncido permanentemente que sin embargo son buenas personas, pero que suelen reaccionar agresivamente si alguien invade - o lo que ellos asumen es invadir - su espacio o asuntos personales. E incluso muchas de las personas que yo considero absolutamente brillantes, en las condiciones adecuadas podrían ser altamente peligrosas, y me incluyo entre ellas.