Los de Corte Blanca tienen esta capacidad de emitir un aura que resulta irresistible para la mayoría de las personas. Usan esta ventaja para atraer a la presa y usualmente se alimentan de ella mediante relaciones sexuales. Al hacerlo, el vampiro se alimenta de la energía vital de la persona, dejándola también levemente adicta al mismo, que aumenta cada vez que se repite el proceso.