[Le sorprende la firme suavidad de tu tono. Él... puede entender eso. Puede entenderte. Deja que la manga de su yukata caiga, cubriendo el moretón y asiente despacio. Va a dejarte ir, pero...]
[Pero primero necesita algo. Acerca lentamente una mano para tocar tu antebrazo, dando espacio para que lo apartes si lo necesitas.] Espera...
¿Puedes... puedes colgar tus deseos, antes que te vayas?