[Él no es... hábil con las metáforas. Nunca lo ha sido. Pero consigue intuír que no te estás refiriendo sólamente a esa clase de salida ahora mismo, y da un apretón a tu mano. Él hace rato que quemó los puentes que podrían haberlo apartado de tí.]
[Besa donde alcanza, tu hombro, la base de tu cuello, y se acomoda para usar tu pecho de almohada como tantas otras veces. Te abraza fuerte y suspira, sus ojos cerrándose de cansancio pese a todo lo que está sintiendo. Ambos están agotados, ¿verdad?] Durmamos entonces.
Que descanses, Adamska. [Murmura "te amo" con los labios contra tu piel, inhala. Mañana será otro día, ¿verdad?]
[Se duerme con la confianza de que nada los va a separar nunca.]