[Besa tu hombro, sintiendo los ojos húmedos. Respira. Respira. Él sabe, entiende, y tus palabras lo hacen temblar un poco otra vez. Siente tus caricias en su espalda, y busca tu mano libre con la suya para tomarla, entrelazar sus dedos con los tuyos. Le da un pequeño apretón.] Y yo a tí... [Se acurruca contigo. Todo esto significa demasiado, es demasiado importante para él.] Gracias por darme esto.
[Se siente feliz, no puede evitarlo. En medio del dolor y la preocupación de estos días, tú le haces feliz y lo mantienes sano. Te ama, se entregó a tí de por vida, y ahora tú estás haciendo lo mismo por él. Dándolo todo. Quiere creer: si algo como esto puede surgir de este lugar, tal vez puede que sí tenga un sentido al final.]
Quédate a mi lado, Adamska. [Esta noche, y la siguiente; quédate por siempre con él.] Duerme conmigo.