[Pone una mano en tu barbilla, limpiándote las lágrimas con la otra.]
No eres un arma. Eres una chica que puede sentir como los demás. Y eres quien me hizo pensar que no es malo el que no esté solo.
Me siento inútil. No sé qué decirte, como aliviar tu dolor, cuando yo mismo fallé en proteger a aquellos que más quería y sigo sin perdonármelo. Pero sé que a nadie le gustaría verte así de triste.