Como desconocía dónde sería el siguiente asesinato, instalé transmisores en toda Nadalandia para que me envíaran lecturas del entorno constantemente.
Eventualmente, la lectura que recibí del transmisor que coloqué en la escena del crímen no coincidió con las que había estado recibiendo con anterioridad; la nueva señal parecía haber sido distorsionada por algo...