[Estás siendo brusco otra vez, pero no le importa realmente. Puede entenderlo. También él lo es cuando te aferra de vuelta, escondiendo la cara en tu hombro.]
[Respira. Trata de calmarse, porque tiene miedo de lo que está a punto de reconocer. Tampoco él es experto en estas cosas, pero cuando habla lo hace con la verdad:] Nunca voy a dejar de serlo.