A eso mismo, a mi mundo, el lugar dónde yo vengo. Un mundo en la era dorada de los piratas, un continente, La Línea Roja, dividido en cuatro grandes mares; el otro, La Gran Línea, con las aguas más impetuosas e impredecibles que existen, dónde sólo los más grandes sobreviven. Dinosaurios, sirenas, islas flotantes en el cielo, y, por supuesto, usuarios de las frutas del diablo, cómo yo, cada uno con una habilidad distinta.