[Continúa acariciándote, bebiendo sediento del afecto que también le das. Ahora mismo, no se le ocurre pensar que no estés siendo sincero, pese que sí nota lo abierto que estás siendo esta noche.]
[Entreabre los labios cuando lo tomas, apoya su frente contra la tuya. Le gusta demasiado cómo estás diciendo su nombre.] Dime, Adamska.]