No, no tiene por qué disculparse. Es más, le agradezco que se moleste el tratar de explicarme. Sé que es igual de confuso para usted, pero creo que ya entendí.
Mi vida es mi vida, pero además forma parte de este otro mundo... en el que toma esta forma. O más bien, ya sea mi vida en un juego, o la de Leo en un libro, los demás están siendo espectadores de esa historia...