Wintergreen desconfía de mí día, tarde y noche y tres veces los domingos. Pero soy bueno escondiendo cosas: la mitad de las bromas que le he hecho a su casa nunca han podido comprobar que son mías.
Noreen, no, Beth... podría, pero tampoco. Dios gracias por sus dulces y amables predisposiciones a siempre creer lo mejor de los demás. Y dudo que Beth haya tratado de hacer ese tipo de hechizos.