[Aquí parece tener ese sentido firme de calma que es enteramente militarizada. Claro que ella no parece pasar de los dieciocho, verdad] ¡Oh, usted es Otacón! Lástima que sea así como tengamos que conocernos, me habían dicho que me convendría ir a hablar con usted.
[Asiente, indicando] Las ventanas son un punto débil, así que se están cubriendo y tableando menos los espacios suficientes para poder pasar pistolas. Los niños y aquellos completamente civiles están siendo movidos al sótano. No hay muchos expertos en armas de fuego, así que estamos tratando de equilibrar en lo posible, al igual de mantener reabastecido el pasillo a la entrada principal por si los del frente requieren más municiones o armas.