[Tanta gente, verdad. De tanto en tanto, Otacon mira al resto de la multitud de reojo. Para alguien con tan poca confianza como él, realmente hace que se sienta observado. Self-conscious. Pero no podría parar aunque quisiera. La pista todavía... no es que esté directamente controlando sus movimientos. Pero es como si, de pronto, supiera exactamente cómo moverse y tuviera la habilidad adecuada para ello.]
[Dejarse llevar, entonces. Lo hace seguido cuando se trata de tí. En el momento en que te acercas vuelve a pegarse a tí, su abdomen y sus caderas contra las tuyas mientras da la vuelta contigo. Te inclina, dejando que quedes sentado a medias sobre su muslo antes de volver a girar. Espalda con espalda esta vez, sus brazos enlazados a los tuyos.]
[Pese a que hace su máximo esfuerzo en ignorar el hecho de que está en un sitio público moviéndose de esta forma, no puede evitar estar sonrojado por completo.]