Entonces la bruja transformó los recuerdos de la princesa en plumas y las esparció por distintos lugares. Sin sus recuerdos, la pobre princesa moriría.
Fue entonces que un valiente muchacho decidió ir a buscar las plumas, ya que la princesa era su ser más querido y no quería perderla. En su viaje fue acompañado por un guerrero, un mago, y una criatura mágica.