Los primeros días de Screamer en Nadalandia =D Autor:laurus_nobilis Personajes: Starscream, Megamente, cameos de Blitzwing y Lugnut Resumen: En su post de llegada y bendeando varias veces el tiempo y el espacio, Megamente derrotó a Starscream con su pistola deshidratadora. Fu me preguntó qué pasó después con el cubito. =DDD Notas: Me quedó tl;dr y bastante meta |D Culpo a los involucrados.
Megamente hizo girar el pequeño cubo azul entre sus dedos, pensativo. Ahora que ya no era un villano, tenía que enfrentarse a una situación nueva para él: el dilema moral.
Derrotar a Starscream justo el día de su llegada había causado una maravillosa primera impresión, eso no se discutía. Además, era cierto que alguien tenía que detenerlo antes de que se pusiera a hacer algo además de hablar y hablar. Ése no era el problema.
El problema era lo que venía después.
¿Y ahora qué se suponía que debía hacer? De haber estado en casa, simplemente lo hubiera llevado a la cárcel. Sí, lo más probable era que se escapara enseguida, con eso de ser un robot gigante y todo. Pero eso estaba dentro de lo normal. Atrapar al villano, llevarlo ante la justicia y esperar a que huyera. Era un clásico.
En cambio, en Nadalandia no parecía haber ni cárcel ni un sistema similar. No podía sacarse el asunto de encima de forma tan fácil. Con un profundo suspiro para enfatizar lo filosófico del momento, Megamente se puso a caminar de un lado a otro por el jardín, como esperando que le cayera inspiración del cielo.
Por un lado, no podía destruir el cubo. Por más malvado que fuera, Starscream era un ser viviente, y los héroes no hacían esas cosas. A decir verdad, Megamente no lo había hecho ni siquiera cuando aún era villano. (Y estaba el pequeño detalle de que en este lugar sólo iba a conseguir que volviera aún más enojado - pero eso, se dijo, no debería influir en su debate interno).
Por otro lado, tampoco podía dejarlo ir y olvidarse del problema. Tenía que haber algún tipo de consecuencias. ¿Pero quién decidía eso? Se preguntó quiénes se encargaban de la justicia en este lugar. ¿Los demás superhéroes? ¿El capitán Harkness? ¿La teniente Murphy?
Todavía no había terminado su lista mental de potenciales figuras de autoridad cuando el asunto se resolvió de manera inesperada. Mientras se paseaba con el cubo en alto, estaba tan ocupado observándolo fijamente que no vio al pájaro que se acercaba.
El pájaro que se llevó en sus patitas a un villano recién capturado.
... bueno. Al menos ahora el camino a seguir estaba claro.
Megamente metió las manos en los bolsillos y se alejó silbando antes de que alguien lo viera.
* * *
Así que así era como estaban las cosas, ¿eh? Starscream maldijo su suerte por millonésima vez en un tiempo demasiado corto. El primer día en este lugar y ya le habían faltado el respeto, se había encontrado un montón de Autobots, el par de Decepticons insoportables residente sólo había causado problemas, un idiota con complejo de héroe le había dado con vaya a saber qué rayo, y por si fuera poco, lo había dejado caer un pájaro. Perfecto. Y ahora había vuelto a su verdadera forma, sí, pero estaba metido hasta la rodilla en el agua de una piscina.
Peor que eso.
Estaba en la piscina.
Allá en su propio mundo, una de las mayores ridiculeces de su oh tan poderoso líder era esa manía de construir escondites "secretos" a los que sólo les faltaba un cartel con una flecha de neón señalándolos. Los Decepticons aquí en Nadalandia habían logrado que todo eso pareciera sutil. Y tenían pésimo gusto, además. Una estatua de Megatron. Ugh.
... claro que no era su Megatron. El diseño general se veía bastante diferente. Pero eso eran sólo detalles. Podría reconocer esa estúpida cabeza de balde en cualquier parte.
Al parecer algunas cosas eran constantes en todo el multiverso.
Starscream salió de la piscina (caminando, porque los propulsores en sus talones estaban empapados) y se acercó a la entrada de la base. Por detrás de la estatua. No era que esa mirada lo intimidara o algo por el estilo, claro. Sólo que no quería ver su horrible cara. Nada más.
Se detuvo justo delante de las puertas. Incluso estas inútiles excusas de Decepticons tenían que haberse tomado el trabajo de preparar algún dispositivo de seguridad. No tenía ni tiempo ni ganas de ponerse a averiguar qué era o cómo desactivarlo, pero en ese momento no le importaba demasiado. Había formas más fáciles de solucionarlo.
Y tenía muchísimas ganas de dispararle a algo de todas formas.
El estruendo fue de lo más satisfactorio. Starscream se tomó un momento para arreglar su sonrisa ganadora y entró a la base.
-DECEPTI--
No había llegado ni a terminar la palabra cuando lo recibieron una risita indescriptible y una llamarada casi más grande que él.
-¡Lo sentimos taaaanto! ¡La gerencia se reserva el derecho de admisión!
-¡Más te vale que empieces a respetar a tu nuevo líder! -gritó él, aprovechando todo el humo para hacer de cuenta que no se había caído- ¡Esto tendrá consecuencias!
Iba a poner disciplina entre sus tropas. Sin lugar a dudas. Pero, por el momento, lo que hacía falta era una retirada estratégica antes de que apareciera Lugnut.
* * *
Los días siguientes sólo fueron de mal en peor. Era cierto que, a esta altura de su vida y por más que nunca jamás lo reconocería en voz alta, Starscream ya estaba más que acostumbrado al fracaso constante. Pero Nadalandia venía con unas cuantas novedades incluidas.
Los discursos de Lugnut, por ejemplo. Si bien Starscream tenía muchísima práctica en eso de ignorar la charla inútil de los que tenía alrededor (consecuencia inevitable de trabajar con Skywarp), este caso era diferente.
Lugnut tenía mucho más volumen.
-¡REGRESA AQUÍ, MISERABLE COBARDE! ¡SI VAS A INSISTIR CON TUS TRAICIONERAS ARTIMAÑAS, AL MENOS TEN EL VALOR DE ENFRENTAR LA MUERTE EN GLORIOSO COMBATE COMO UN VERDADERO DECEPTICON!
-¿Un verdadero Decepticon? ¡Ha! -Su instinto de supervivencia iba a protestar por esto, sí, pero no podía dejar semejante ridiculez sin responder- ¡Yo no soy el que ordena retirarse cada vez que aparece Prime! Ése es el trabajo de tu glorioso líder--
... y otra vez el puño. Odiaba ese puño.
Estaba desarrollando unos reflejos todavía mejores, por otra parte. Como un verdadero Decepticon, dejó a Lugnut hablando solo y se escapó antes de que terminaran de acomodarse los escombros.
Todo esto era de lo más injusto. Ya debería haber ocupado su merecido lugar como líder hacía tiempo. ¡Sus planes eran perfectos! Los otros dos tenían demasiada suerte... Sí, eso era. No había otra explicación posible.
De pronto, cuando estaba a punto de entrar a la cueva donde estaba guardando temporalmente sus invenciones y prototipos, se le apareció de la nada un cartel luminoso. Justo enfrente de su cara. No era lo más extraño que había visto en esta dimensión (... ni en la suya), así que tan sólo se encogió de hombros y lo tomó para leerlo.
Todos los gastos por daños a la propiedad pública que causen Lugnut y/o Blitzwing para defender su base se descontarán de TU cuenta.
~La Gerencia ♥
Todavía no era la peor semana de su vida, pero definitivamente se estaba acercando al Top Ten.
* * *
-Creo que deberías pensar en un cambio de carrera.
-Nadie te preguntó.
Por supuesto, Megamente no se iba a rendir ante algo tan pequeño como otra persona diciéndole que no se meta.
-No, es en serio -insistió-. Estás dando un gran espectáculo, eso no te lo niego. Pero deberías buscar otras formas de expresar tu individualidez.
-Oh, por favor -resopló Starscream- ¿Realmente piensas que vas a hacerme cambiar con un discursito motivacional?
Megamente se cruzó de brazos y se echó hacia atrás en su silla, con una sonrisa confiada. Un gesto decididamente villanesco, sí, pero algunos hábitos eran difíciles de abandonar. También se dio el lujo de mirar a su rival a los ojos: el robot estaba sentado en una esquina de la cueva, y él tenía una conveniente elevación justo enfrente. Todos los detalles estaban más que calculados, claro. Era necesario dar la impresión correcta.
-Si pensara eso no te habría revuelto los circuitos con mi rayo desregulador, ¿verdad?
-¿Hace falta que vuelvas a explicar lo que ya sé que hiciste?
-¡Soy un héroe ahora! Es parte del trabajo.
-... ugh. Dime que al menos hay un punto en todo esto.
-¡Claro que sí! -exclamó Megamente- No tienes que ser malo, ¿sabes? Yo sé que detrás de todos esos lásers hay un solitario inadaptado que sólo quiere un poco de atención.
Al contrario de lo que había esperado, Starscream no se puso a chillar ofendido ni hizo un gesto de espanto. Era un poquito decepcionante, a decir verdad. ¿Ya le habrían dado esta charla?
-Sí, claro, blah blah problemas de autoestima blah blah el poder de la amistad. No sé cuál es tu oh tan trágica historia y no me interesa oírla, pero yo estoy en esto porque me divierte.
-Por supuesto que es diver... hm. Es decir. Hay muchas formas de divertirse sin molestar a otros.
-¿En serio? ¡No se me habría ocurrido jamás! ¡Esta información cambiará mi vida por completo! Oh, si sólo lo hubiera sabido antes de convertirme en uno de los conquistadores más poderosos del universo~
-El sarcasmo queda mejor en pequeñas dosis -lo interrumpió Megamente, sin inmutarse-. Y te recuerdo que no estás en posición de hacer bromas. Con tus circuitos en ese estado, estás completamente a mi merced.
Starscream se quedó pensando un momento. Luego le dedicó su sonrisa más malvada hasta entonces.
-Puedo ponerme a cantar.
Megamente le devolvió la sonrisa y señaló su pistola.
-Puedo ponerla en la configuración de decoupage.
-No te atreverías.
-Tengo un precioso diseño de unicronios en tonos pastel.
-... ooooh, eso es bajo.
-Situaciones extremas, medidas extremas~
Hubo un instante de silencio. Casi podía ver los metafóricos (¿... o no?) engranajes moviéndose en la mente de su rival. Al cabo de un rato, la expresión de Starscream se suavizó en una sonrisita que de tan inocente ya volvía a ser sospechosa.
-Ah, bien. Me descubriste -suspiró, con una importante dosis de teatro-. En el fondo sólo soy un pobre incomprendido.
-Por supuesto...
-Deberías ver lo mal que me tratan en casa. Es una tragedia, realmente.
-Un verdadero drama, estoy seguro.
-Entonces. Hm -Starscream pareció dudarlo un momento más-. Esta es la parte en que prometo portarme bien y el noble héroe me deja ir generosamente, ¿verdad?
-Y que no vuelva a ocurrir -respondió Megamente, y usó su pistola para revertir el efecto del rayo.
Starscream no esperó un segundo para transformarse y salir huyendo sin ningún tipo de vergüenza, sin decir gracias, y sin molestarse en disimular su inevitable risa malvada. Y eso que todavía estaba dentro del rango de alcance de su arma.
Sin embargo, Megamente no disparó. Sólo se quedó mirándolo alejarse, con una sonrisa satisfecha. Iba a volver a ocurrir, por supuesto. De eso no cabía ninguna duda. Pero Starscream ya había demostrado tener una tendencia al fracaso que hacía que sus intentos contra Metro Man se vieran como una colección de grandes éxitos.
Y sí que daba un gran espectáculo. Uno que podía ser todavía mejor, con el rival adecuado (si él mismo podía decirlo) para complementarlo.