Clases de Hogwarts Personajes: Optimus, Alucard, alumnos random Notas: Mi flojera, let me show you it.
Optimus se preocupaba mucho por no hacer sentir a sus estudiantes que estaban en una academia militar, a pesar de que habría sido tan fácil, dado el tema. Mientras les ayudaba con la pronunciación de los hechizos y corregía sus posturas (más difícil de lo que parecía, dada la diferencia de tamaño), no dejaba de pensar que todos en general habían tenido suerte de que Sentinel no hubiera sido elegido para dar la clase. Aunque de todas formas había sido elegido para un puesto de autoridad. Como en su universo nativo. Suponía que no se podía tener todo en la vida.
También se preguntaba si era normal que en las escuelas de orgánicos se dieran armas para protegerse así de los depredadores de otras especies. Sabía que Sari no iba a la escuela y que su educación era... personalizada, así que en realidad no podía tomarla como referencia. No dejaba de parecerle una buena idea, sin embargo. Nunca sobraba estar preparado para alguna emergencia.
Incluso si aquella emergencia era ocasionada por algún otro de los habitantes de Nadalandia. Había hecho la investigación pertinente y sabía a la perfección qué y quién era Alucard, de ahí que no le pareciera muy descabellada la idea de unir una de las clases avanzadas y estudiar cómo derrotar a un vampiro. Después de todo, el profesor de Estudio de las criaturas tenebrosas se había elegido a sí mismo como tema, e insistía en que sólo se podía abordar la clase si se les enseñaba cómo defenderse de él... ellos. En cualquier caso, lo importante era que mostrara el suficiente autocontrol, o de lo contrario Optimus tendría que intervenir, Integral o no Integral.
Y resultó que eso era justo lo que Alucard quería. Al principio, cuando Optimus recién llegó a Nadalandia, Alucard pasó una cantidad (in)decente de tiempo tratando de provocarlo, pero al ver que no llegaba a ningún lado, lo dejó. No obstante, a estas alturas ya le tenía tomada la medida, y se dedicó a molestar demasiado a los alumnos con menos autocontrol. Llegó el punto en que Optimus tuvo que ponerse firme y decir basta.
Por fortuna, logró desalojar el aula antes de que las cosas pasaran a mayores. O que a alguien le cayera un trozo de techo encima.
Una vez que salieron los alumnos y Optimus se preparó para pasar de la defensa a la ofensiva, Alucard hizo una mueca de desilusión.
-Así no es lo mismo, no tienes el mismo nivel de motivación.
-Alucard...
-Lo cual es una verdadera lástima, porque con esa varita tan especial, posiblemente habrías podido derrotarme -fue lo último que dijo antes de salir por la ventana.
Optimus se frotó la cara. No necesitaba eso. Adjudicó el comentario de Alucard al tamaño de su varita mágica, apropiado para él, gigante para los humanos, y comenzó a recoger el aula y prepararse para la siguiente clase.