Kmi (kmiya) wrote in mansion_fan, @ 2011-09-30 11:46:00 |
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Entry tags: | *fic, autor: kmiya, personaje: batgirl (barbara gordon), personaje: kid flash (wally west) |
Solo porque ese par no se callaba |')
Autor: kmiya
Personajes: Barbara Gordon + Kid Flash + extras.
Notas: Lo que se hace para no playcestear. Y sí, lo cuento como algo ic. Ubicado luego de esta thread y exactamente al día siguiente de esta otra.
Nueve días.
No es que lleve obsesivamente la cuenta (solo que sí), pero cuando se está sin poder hacer nada por un tiempo tan largo es más que obvio que fuera consciente del pasar de los días, ¿no? Más cuándo esos son los días que lleva sin poder mover las piernas.
Nueve días y contando.
Es un milagro que hasta ese momento no haya sucumbido a la desesperación, el pánico o la histeria, posiblemente porque se ha mentalizado que Nadalandia no pude dejarla permanentemente de esa forma.
O tal vez porque los medicamentos que le dan Tim y Bruce la mantienen tranquila y relajada.
(Quiere creer que es más lo primero que lo segundo. Lo último que necesita es que se vuelva adicta a ese tipo de cosas).
También está el factor de que cuenta con el apoyo de los demás.
Y eso es mucho apoyo.
Terry suele visitarla seguido, poniéndola al día con lo que sucede fuera de la guarida (chismes, dirían algunos, información útil según ambos), así como traerle algunos libros o películas para que se entretenga (al inicio intentó con videojuegos, pero estos nunca terminaban de llamar su atención).
Dick al parecer se propuso atenderla en todo lo que pudiera, haciendo su mayor esfuerzo por no causar un gran desastre en el proceso. Y hasta ahora parecer irle bien con eso. Si no cuenta los fuertes ruidos que se escuchan de vez en cuando y que le hacen temer por el estado actual de la cocina, claro.
Kid Flash suele enviarle algunos regalos, a veces por medio de Dick, otras por Kate, con pequeñas notas de ánimo y asegurando que son de parte de ambos, de él y del Robin de su mundo. Nunca está del todo segura de lo último, o al menos no es capaz de hacerse a la idea de un Robin comprando ositos de peluche. Aunque el rompecabezas de doce mil piezas de Gotham City tal vez si fue elegido por él (el cual terminó en tiempo record: dos días, todo gracias a su buena vista y memoria eidética), y que ahora se encuentra pegado, enmarcado y colgado en su pared. No es como su ciudad, pero el estilo le gusta muchísimo.
Kate deja de tocar la puerta luego del cuarto día. Solo entra haciendo malabares con un gran tazón de palomitas o papitas o, queriendo variedad, zanahoritas o pastelillos, pero siempre con dos vasos de té helado. Los deja en la mesita y se cuela en su cama, acomodándose a su lado y preguntándole qué película o serie verán esa noche. Está segura que ha cambiado su ronda con Tim para poder pasar esas horas con ella.
Tim va a checarla cada día, a pesar de que siempre le dice que no es necesario. Pero lo deja ser al final, porque no le gusta la preocupación que nota en sus ojos. A veces bromea (de una forma un tanto torpe pero adorable) y le ayuda a cuidar su flor, regándola y quitándole las hojas secas. Pero nunca dura mucho tiempo en su habitación y no puede sentirse mal al respecto. Hay algo que lo incomoda y está convencida de que es mejor no averiguarlo.
A Bruce no lo ha visto desde el accidente, pero está segura que él está al tanto de todo. Bruce siempre lo está. Y sabe que la cuida a su forma, silencioso y discreto.
Pero posiblemente lo que la mantiene más alegre y le permite despejar su mente es lo que hace Billy por ella. Luego de pedirle permiso a Tim (de verlo de esa forma que sabe hace que incluso su padre sea incapaz de negarle algo), todos los días, mínimo una hora, máximo dos, Billy la teletransporta fuera de la Guarida.
La lleva a una zona segura y cerca de alguno de ellos por si llega a necesitar ayuda, a pesar de que no le gusta sentir que los está molestando. La deja a la sombra de un árbol, porque así lo quiere. Poder sentir el pasto bajo ella, el áspero tronco a su espalda y el viento acariciando su cuerpo. Eso es suficiente para mantenerla cuerda y centrada y alejar cualquier miedo que está segura llegan a tener los animales enjaulados.
No va con su traje, porque Batgirl no pertenece al suelo. Batgirl debe de estar saltando entre las ramas, corriendo y haciendo piruetas, sonriendo y bromeando.
No. Estando de esa forma nunca lleva el traje. Solo sus lentes de sol morados y a veces un lindo sombrero que combine. Lo que hizo que se ganara un comentario irónico de parte de Kid Flash sobre si todos los murciélagos se creen vampiros por salir tanto por la noche.
Todo eso se ha vuelto una rutina, que le ayuda a seguir adelante y esperar pacientemente el momento en que todo esto termine. Una rutina que no será permanente.
Que en verdad espera no sea así.
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Ese día (el noveno, dos días después de la primera semana, seis antes de la quincena) decide salir temprano y Billy le ayuda con eso, asegurándose de dejarle una manta al notar lo fresca que está la mañana. Ella ya no se queja, sabe que aún así terminaría dejándosela o se aseguraría de cambiarle su ropa por una más abrigada y causa menos molestias solo aceptando la manta.
Se acomoda y abre el libro en la primera página. La portada con el espejo y rostro verde, así como el título corto pero directo le augura una lectura interesante por un par de horas.
La cual tiene que posponer al notar el ruido de pasos y como una sombra se proyecta sobre ella.
―Hey.
Saluda de manera algo tímida el chico frente a ella. No hay ningún sweet, o lindura o algún otro calificativo cariñoso luego de esa palabra, lo que le pronostica que algo ha pasado.
―Hey Rayito, ¿quieres sentarte?
Kid Flash se deja caer a su lado y mira hacia el cielo. Ella posa su mirada en su libro abierto, pero no lee. Solo espera el momento en que él se decida a hablar.
Pasan algunos instantes de esa forma, KF al parecer concentrado en sus pensamientos, buscando las palabras correctas.
Pero se rinde y dice lo primero que le viene a la mente.
―¿Cómo es tu Robin?
―¿Uh?
Cuando lo ve revolverse el cabello decide cerrar el libro y dejarlo en sus piernas. Esto parece ser algo serio.
―Sí, ya sabes... ehmm... ¿su carácter? ¿Cómo es cuando está solo contigo y cuando está con los demás?
Lo piensa un poco, más que nada considerando qué tanto le puede ayudar la respuesta al otro chico.
―Infantil ―dice tranquilamente después de un rato.
Kid Flash solo la mira, entre algo sorprendido y como que ya sospechaba que diría eso. Suspira y recarga su cabeza contra el tronco.
―¿Algo más... detallado?
Le sonríe, divertida.
―Tienes que decir eso desde el inicio.
―Tomaré nota sobre ser siempre literal contigo.
―No tiene que ser necesariamente así, al menos no conmigo. Pero tenlo en mente con los demás.
Él inclina el rostro, mirándola algo cansado.
Un Flash que no tiene ánimos para bromear.
En verdad que el asunto es serio.
Le da un leve empujón con el hombro y coloca una de sus manos sobre las enguantadas del chico, captando toda su atención.
―Siendo sincera, no sé qué tanto te pueda ayudar eso. Ambos son muy diferentes. Créeme, demasiado diferentes. Y es entendible, porque las circunstancias de nuestros universos son distintas. Ve mi caso, yo fui la primera compañera del gran B, mientras que en tu mundo es posible que no exista.
Kid Flash abrió completamente los ojos, sorprendido (y con eso pudo observar sin problemas lo verde y expresivos que eran sus ojos). Y no podía culparlo. Viendo como es el Batman que está en Nadalandia, la opción de que una chica fuera su primer compañero podría sorprender a quien sea.
No pudo evitar una pequeña sonrisa ante la imagen mental de su jefe, el Batman de su mundo llegando a Nadalandia. Vaya que sorprendería a más de uno.
―¿Es en serio? ―pregunta KF cuando se le pasa un poco la sorpresa.
―¿Crees que mentiría sobre eso? ―arquea la ceja, intentando parecer ofendida, pero su diversión notándose a gran distancia.
KF solo se encoje de hombros.
―No puedes culparme por sorprenderme.
―Me sentiría mal si no lo hubieras hecho. Sorprender a la gente es uno de mis dones.
Bien, eso logra hacerlo sonreír un poco. Un punto para Babs.
―Entonces, ¿cuál es el verdadero motivo por el que has venido a hablar conmigo, pequeño Saltamontes?
―Woah, eso es muy viejo, doble B.
―Es un clásico, Rayito.
―Si tú lo dices...
―Oh, vamos, no me digas que tendré que ponerte a ver esas películas. Me decepcionas.
―¡Hey! Si las he visto y me las sé de memoria. Aún así...
―¿Entonces prefieres que te llame joven padawan?
―... okay, me quedo con el saltamontes.
―Creo que ya nos desviamos del punto.
―¿Teníamos un punto desde el inicio? ―Ahora si lo mira con expresión seria, lo que hace que Kid Flash alce las manos―. Okay, okay, ya capté.
El pelirrojo suspira profundamente. Abre la boca y. La vuelve a cerrar. Hace lo mismo un par de veces, sin lograr que las palabras salgan de la misma.
―¿Qué tal si intento adivinar y tu solo niegas o asientes?
Kid Flash asiente y no puede evitar compararlo con un cachorrito.
―Bien, veamos... si viniste aquí preguntando por Robin, supongo que fue porque algo pasó con el tuyo, ¿cierto?
Asiente.
―¿Algo malo?
Kid Flash duda un momento, pero termina ladeando la cabeza, no muy convencido.
―Mmm... siendo como son ustedes... ¿discutieron?
El pelirrojo asiente tan rápido, que tiene que ponerle una mano en el hombro para que se calme o terminará mareándola.
Así que ese había discutido. Si fue una pelea de pareja la verdad no está muy segura de qué tanto podría ayudarlo, pero al menos haría el intento.
―Sorry, pero sí ocupo que me cuentes qué pasó.
Kid Flash suspira, alborotándose un poco el cabello.
―Pero quedará entre nosotros, ¿no?
―Te doy mi palabra.
―Es que... no lo sé. En un momento estábamos como siempre, ¿sí? Ya sabes, bromeando y todo bien y luego... pues surgió un tema delicado y... se incomodó y luego va y se molesta conmigo y cuando se enoja se ¿cierra? no sé cómo decirlo, pero igual yo termino enojándome y...
―Y cada quién se va por su lado ―concluye, sin poder evitar imaginarlos y dudar entre si los consideraría cute o los querría golpear si algún día los ve así.
―¡Exacto! Y después no tocamos el tema. Es... agh, es algo frustrante a veces.
―¿Solo a veces?
Kid Flash lo piensa un momento y luego suspira pesadamente.
―La mayor parte del tiempo. ¡Pero no sé porqué se pone así! Y eso me frustra a mí.
Babs le sonríe con algo de ternura y le acaricia el cabello, intentando relajarlo.
―No te fíes al cien por ciento de mi palabra, pero, tal vez no está listo para hablar de algunos temas. Y sí, es frustrante, pero en serio creo que eso de guardarse las cosas y no decir nada es un rasgo característico de nosotros, y como soy la única mujer que he conocido de esta familia, diré que los hombres son más expertos en eso de guardarse los sentimientos.
»No lo presiones e intenta ir con calma. Sé que eso puede llegar a ser algo cansado para ti, pero ir paso a paso siempre resulta la mejor opción.
―¿Ir paso a paso?
―Sí, ya sabes, si llegan a tocar el tema, sea cual sea, ve sus reacciones, y si ves que se incomoda cambia sutilmente de tema.
Kid Flash se lleva una mano a la barbilla, procesando la información.
―También puede ayudar el que analices porqué te enoja que evite el tema. Y luego intentar planteárselo. Pero siempre con calma.
―Me pides a mí que vaya con calma... ―La mira con incredulidad.
―Tú quieres que alguien que tiene a Batman como mentor sea más abierto ―Alza la ceja, mirándolo seria.
―Touché.
―Ya podré ayudarte después cuando conviva más con él. Pero dada mi situación actual... creo que está algo difícil.
Quiso decirlo como broma, en serio, pero no pudo evitar un tono algo amargado y está segura que Kid Flash se dio cuenta. Sus grandes ojos verdes no parecen saber mentir.
―Me debes un pastel y un chocolate caliente por la plática, ¿entendido?
Habla rápido, intentando alejar cualquier resquicio de tristeza. Está bien, ella está bien y lo último que quiere es que esos ojos verdes la miren con lastima.
Y parece que él entiende, porque sonríe de manera tímida.
―¿Mañana te lo traigo?
―Pasado el medio día.
―Trato.
Kid Flash mira a su alrededor de forma nerviosa y luego la mira a ella. No tarda en captar porqué lo está haciendo y tiene que llevarse una mano a los labios para evitar reírse.
―Oh, vamos. Ya sé ―Toma su brazo y lo jala, para poder abrazarlo―. Si lo hago yo no tendrás porqué temer.
―¡No es que tenga miedo! ... solo soy precavido.
E igual corresponde el abrazo, intentando parecer indignado por la risa de la chica, aunque sin mucho éxito.
Kid Flash se separa luego de un rato y se pone de pie, estirándose todo lo que puede.
―Gracias, lindura, fuiste de mucha ayuda.
―Cuando quieras volver a hablar, de lo que sea, soy tu chica. Pero no ese tipo de chica ―Aclara al ver la sonrisa de KF.
―Hey, no me culpes por pensarlo. Nos vemos.
Ríe y sostiene la manta y el libro con una mano, evitando que salieran volando por la ráfaga de viento que causó Kid Flash al marcharse.
Se arregla un poco el cabello y abre su libro, sin poder evitar considerar que, a pesar de todo, esos dos resultaban ser algo tiernos.
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―¿Desde cuándo le das consejo a ese twip?
Vuelve a cerrar su libro, concluyendo que ese día definitivamente no iba a poder leer.
―Nunca me he negado a darlos si me lo piden. Aunque no considero que sea la mejor persona a la cual pedirle uno.
Las ramas se mueven y al segundo siguiente una gran sombra se cierne sobre ella. Cuando alza la vista ve con gesto despreocupado a su nuevo acompañante.
―Pero es parte de mi encanto por lo que lo hacen, ¿no?
Batman (Batboy para ella, aunque a él no le guste) sonríe.
―Creo que es precisamente por eso que vino contigo.
―Awww, ¿celoso de alguien más joven que tú?
―Babs, sabes a lo que me refiero.
Ríe, provocando que Batman frunza un poco el ceño.
―Lo sé y se nota que recién llegaste. Sino sabrías que no estuvo pensando precisamente en mí todo el rato que hablamos.
Terry la mira verdaderamente interesado.
―Lo siento, pero es algo que tendrás que darte cuenta tu solo.
―... ni que estuviera en verdad interesado en saber.
―Ahá.
El moreno vuelve a fruncir el ceño y se inclina, pasando una mano bajo sus rodillas y colocando la otra en su espalda.
―¿Ya tengo que entrar?
―Llevas dos horas y media.
―Pero...
―Nada de peros.
Suspira y se abraza a él, dejando que la lleve dentro de la Guarida.
―Hoy se me hizo muy corto el tiempo.
―Si fuera por mi te dejaría estar afuera otro poco, pero...
―¿Pero?
―Es hora de tu revisión y seguro que él está esperándote.
―...... sob, me van a regañar.
―Ya sabes que todo esto es por tu bien.
―Aún así, los regaños nunca son lindos.
―Prometo traerte después un pay.
―Que sea de moras.
―Hecho.
Nueve días y contando. Ya pronto todo terminaría y regresaría a la normalidad.
Todos así lo esperaban.