-Sí, mi chocolate- carraspeó incómodo. No le gustaba recordar el incidente del chocolate porque pasaría al menos una semana antes que su querida Sophie le enviara una nueva caja repleta y solamente para él. Ya extraña su sabor, rayos.
-Y claro, te perdiste de todo eso; ni siquiera pude despedirme de ti el fin de semana ¿Dónde te metiste? Espero que al menos me digas que tuviste una cita doble o algo así, porque tiene que merecer la pena Dufort...-