-Vamos, si soy el mejor cuñado del mundo...- le lanzó un beso desde la distancia, en actitud inofensiva- además, si hasta terminamos compartiendo mi chocolate. MI chocolate, ya sabes... si eso no es un pacto de paz, no sé lo que es. Así que deja de imaginarte cosas como que me convertí en troll y ataqué el pobre muchacho, parece que no me conocieras Dufort...-