La verdad es que hace cinco minutos atrás no le parecía una situación graciosa, pero la risa del Dufort aquel era contagiosa. Así que Jéremie terminó apretando más la almohada y soltando una carcajada mientras quedaba mirando al techo, exhalando un hondo suspiro.
-No voy a reconciliarme con Marguerite. Y Clem salió con un tipo de su curso, Theodore algo; al principio pensaba que era uno de esos pervertidos de lo peor, pero me cayó bien; y hasta me da un poco de pena; porque hay que tener valentía para aguantarse a mi hermana, y lo digo yo que llevo soportándola desde que tenía pañales, es todo un tedio...-