Así que tenía la mesa para él solo, ¿hm? Excelente, eso significaba alguien conocido con espacio libre a su lado. Por el día, el comedor no estaba lo que uno llamara ocupadísimo (muchos estudiantes estaban de paseo en Cannes), pero algunas de las mesas con lugares disponibles por las que Justine pasó, tenían gente desconocida sentada y como que, hm... no. No que esto la traumara. Si se viera en la absoluta necesidad, se sentaría en donde fuera posible, pero siempre es más cómodo sentarse con un amigo, ¿cierto?. Además, ¡Alain estaba solo! ¡SOOOOOLO! Y él no contaba para ella sólamente como un conocido, sino uno de sus más queridos amigos (sabe el demonio si el sentimiento era recíproco, pero bueno...). Por ende, reconoció su espalda sin mayor problema. —¡Hey! Alain —exclamó a lo lejos, a tiempo que aceleraba los pasos en su dirección.