| En Baltimore |
[09 May 2008|05:09pm] |
*Miro por encima del documento que estaba leyendo para comprobar que la peluquería aún sigue cerrada y vuelvo a repasar la información que saqué ayer de Internet*
Están ahí afuera, disfrazados como gente normal hasta que sus necesidades internas los convierten en depredadores. No buscan vuestra sangre, sino vuestra energía emocional.
Tienen el poder no solo de exasperaros, sino de hipnotizaros, de obnubilaros la mente con promesas falsas hasta enredaros en sus hechizos. Los vampiros emocionales os atraen para luego vaciaros.
Los vampiros emocionales, son vecinos cálidos y cordiales delante de vosotros, que a vuestra espalda extienden rumores.
Al principio parecen mejores que las personas corrientes. Son brillantes, encantadores. Os caen bien, confiáis en ellos, esperáis más de ellos que de otras personas.
Esperáis más, pero recibís menos y al final os capturan. Los invitáis a que entren en vuestra vida y rara vez os dáis cuanta del error hasta que han desaparecido, dejándoos vacíos, las carteras vacías o, quizá, el corazón roto. Aún entonces os preguntáis...¿serán ellos o yo?. Son ellos. Vampiros emocionales.
Parece que si realmente es uno de estos vampiros lo que hay aquí, el final no es totalmente cierto, ya que no solo dejan vacías las carteras de las víctimas, sino que hasta su alma. Al menos es una explicación plausible para las víctimas del hospital. Los médicos con los que he hablado no parecían encontrar una explicación a su estado…
*De repente veo acercarse a una mujer por la calle que se detiene frente la peluquería y saca unas llaves con las que empieza a abrir el candado. En seguida puedo ver que emana una aura de seguridad a su alrededor, y que no sería difícil confiar en ella*
Es como dice el artículo. Su aspecto es su primer arma para que la gente confíe en ellos. Es bueno que otro artículo indicara que unas gotas de aceite de prímula en su piel es suficiente para distinguirlos, mientras es inofensivo para los humanos.
*Me aseguro de llevar el botecito con el aceite en la chaqueta antes de bajar de mi moto cuando termina de abrir la peluquería para ir a comprobar si mis sospechas son ciertas. Abro el compartimiento debajo del asiento y cojo una pistola y un machete*
Al fin y al cabo, matar a un vampiro emocional no es distinto a matar a un vampiro chupasangres…
*Echo a andar a la peluquería*
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