*Entro en mi habitación del hotel después de haber estado más de cuatro horas dando vueltas por Central Park buscando nuevos rastros de EMF que el detector pudiera rastrear, sin éxito alguno*
Creo que es hora de rendirse a la evidencia, el detector simplemente se ha medio escacharrado por el golpe que le ha dado la tía esa.
*Lo dejo encima de la mesa mientras saco de una bolsa una pequeñita caja de herramientas*
Ahora me iría bien la ayuda de Joss, él siempre dominó mucho más el tema de la electrónica, pero dudo que se le haya pasado ya el cabreo por lo de la última vez.
*Me pongo con el detector cuando al cabo de unos minutos me suena el móvil. Veo en pantalla el nombre de Coulthard, quien me está pagando por el trabajo de ahora. Suspiro y descuelgo*
- Señor Coulthard... no, todavía no he conseguido... lo sé, pero debe comprender que estas cosas no siempre se resuelven en un día...
*Aparto el móvil de mi oído cuando el hombre sigue ofuscado pidiendo explicaciones de porque no hay resultados aún*
Viejo estúpido. A saber a que espíritu has cabreado y ahora te están jodiendo las consecuencias.
*Sigo mirando el interior del EMF desmontado hasta que no oigo el hilo de voz del hombre. Es entonces cuando vuelvo a coger el móvil*
- Necesito que me mande una lista completa de todos sus familiares, direcciones, números de teléfono. Todo lo que pueda facilitarme. Y una lista de sus amigos, familiares y conocidos que hayan muerto en los últimos 50 años... no, señor Coulthard, no bromeo en absoluto. Mándeme la lista por fax al hotel.
*Cuelgo el teléfono sin darle la oportunidad de responder y sigo con el detector*