[Ya no se siente tan débil. Aprovecha para reclinarse hacia atrás para reposar en el respaldo del sillón, atrayéndote contra su cuerpo así saboreando a gusto lo último del intercambio. Tampoco se queda atrás; cuidando de lo lastimarte te deja suaves mordidas en el labio. Ah- debería controlarse, con tu aroma encima es fácil distraerse.]