Dudas Existenciales
- ...Y entonces, histérica, me preguntó que era lo que buscaba de la relación que teníamos. - terminó, frunciendo el ceño. - Esa pregunta es más fácil que Kitty Heartshape. - resumió su mejor amigo, alzando una ceja. - Sexo. - ¡Gracias! - otorgó el primero, asintiendo, como si la respuesta de su interlocutor fuera todo lo que estaba esperando. La respuesta era más que obvia a sus ojos. - ¿¡Qué diablos le pasa a las chicas de hoy?! Esa es mi pregunta existencial. - Oh, es buena. - Lo sé, gracias.
Y ambos callaron, mientras asentían en silencio, muy a la altura de la circunstancias. Después de unos segundos, Peers le sonrió a Sebastian, que todavía parecía indignado por el accionar de la ex de turno y lo señaló.
Peers se permitió unos segundos de suspenso para mirarlo, serio. Era todo un blef, por supuesto, y ambos lo sabían perfectamente. Pero era interesante fingir que podían ponerse serios, ahora que casi estaban por terminar el colegio, después de siete años.
- Si violas a una puta, ¿Se considera robo? - preguntó, Peers, inmutable.
Hay que darle un poco de crédito a Sebastian, intentó mantener la seriedad desde el momento en que su mejor amigo le ofreció compartir su pregunta con él. Pero no fue hasta que la oyó cuando empezó a reír a carcajadas, frenéticamente. Ese Peers...
- Es violación. - les dijo una voz femenina a sus espaldas.
Ambos giraron la cabeza, innesesariamente, por que reconocerían esa voz hasta en el fin del mundo. Blair Whitelow se sentó entre ellos, tratando de mantenerse en su papel de mujer dura y dominante, aunque la verdad era que la adorable y cómica estupidez de Peers le derretía el corazón. No hacía falta más que verlo abrir la boca para que sus defensas cayeran al suelo, irremediablemente.
- ¿Estás planeando violar a una puta, Pixie? - No lo sé. - respondió, Peers bromeando, mientras alzaba los hombros. - ¿Estás dispuesta a recibir dinero a cambio de sexo con Peers? - retrucó Sebastian rápidamente. - Wow. No puedo pagarle. Soy pobre - aclaró Peers, empecinado en eso desde que tenía memoria. - No eres pobre. - contestó Blair, al vuelo, por que si él era testarudo, ella lo era también. - ¡Sí soy pobre! - ¡Tu madre tiene una botica! - ¡No puedes llamarle botica a unas macetas donde planta estragón! - ¡Mantiene a toda tu familia!
Peers rodó los ojos y alzó la mano.
- De todos modos no pagaría. - aclaró, alzando un dedo. - ¡Eres mi novia desde hace un año! - ...Y medio. - dijeron Sebastian y Blair a coro. - ¡Peor aún! ¡Eres mi novia desde hace un año y medio y no hemos tenido ni un puto polvo!
Sebastian y Blair rieron al mismo tiempo, haciendo que Peers terminara también riendo con ellos. No reían de indignación de Peers con ese asunto, sino más bien por cómo la expresaba. La verdad es que la suerte de Peers y Mina no era buena. Cuando no los interrumpían amigos, eran familiares, cuando no profesores, cuando no fantasmas y así. Tarde o temprano se habían terminado por resignar. Blair dejó de desabotonarse el primer botón de la camisa y subirse la falda, mientras que Peers... Bueno, no. Peers no había cambiado: Seguía tocándola inapropiadamente en lugares públicos y refiriéndose a sí mismo como 'El Peersinator'. Una segunda chica se aproximó hacia ellos luego de oír las carcajadas, frunciendo el ceño, mientras Blair se pasaba un dedo por debajo del ojo, por que le estaban saliendo lágrimas de risa (O abstinencia, vaya a saber uno). Mina los miró, con las cejas alzadas.
- ¿De qué me perdí? - preguntó. Y supo de inmediato, cuando vio la cara de 'Voy a hacer un chiste' de Peers que se arrepentiría de no haber caminado en otra dirección. - ¡De nuestras preguntas existenciales!
Mina asintió, entrecerrando los ojos. Oh, no. Oh, no. Ella conocía esa cara en Peers. Iba a decir algo sucio.
- ¿Quieres saber una mía? - No. - que había aprendido a terminar las cosas a tiempo. - ¡Mujer aburrida! - comentó, haciendo puchero, mientras apoyaba la cabeza sobre el hombro de Blair. - No quiere escuchar mi pregunta, Whitey. Dile algo.
El dicho diría que si le das la mano a Peers, él te toma del codo. Lo cierto es que en la opinión de Mina, el dicho necesitaba una modificación especial. Dale la mano a Peers y él te tomará de la teta. Mina miró a Peers, luego a Blair y por último a Sebastian. Blair, babosa como sólo ella podía ser con su novio, abrió la boca.
- ¿Quieres saber mi pregunta existencial? - preguntó.
Mina frunció el ceño.
- Está bien. - ¿Cómo se le dice a la violación de un novio de un año y medio? - preguntó, con media sonrisa pícara.
Peers la miró con una sonrisa. ¿Iba a intentar violarlo, de vuelta? ¿A pesar del seguro desastre que eso desencadenaría? ¿A pesar de que el destino quisiera que se mantuvieran castos y puros? ¡Ja! Score!
- ¿Nos referimos a Peers? - preguntó Mina, frunciendo el ceño. - Claro. - respondió Blair, rápidamente. - Oh. Le llamo caridad.