April 19th, 2010

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Expectación

...Luego pensó mejor y se alejó, para colocarse en frente de la heladera -Dime los ingredientes mientras yo los busco- Le dijo -Y que sea algo con chocolate, por favor- Agregó. 

Él buscó en el recetario y encontró el típico mousse de chocolate, leyó cada uno de los ingredientes he hizo memoria para corroborar que tenía todo lo que necesitaba. Cuando estuvo seguro la miró y le sonrió. 

-Busca cuatro huevos y la leche de allí- Le señaló con el dedo índice cuando ella abrió la puerta de la heladera. 

Sacó los huevos. Agarró dos con cada mano y los puso sobre la superficie lisa de la cocina, luego buscó la leche. 

Lawrence leyó de nuevo y abrió los gabinetes de abajo para buscar la barra de chocolate, la mantequilla, el azúcar, la sal y el bowl en donde iban a preparar el postre. Todo puesto sobre el mesón de la cocina. 

Sara se adelantó y le quitó el libro de recetas -Dice que en una cacerola metemos el chocolate para que se derrita con la leche- Lawrence caminó hasta la cocina y notó que encima había una cacerola sin usar. Alegrado por su suerte, prendió el fuego y abrió la barra. 

-¿Cuanto dice que hay que echarle de chocolate?- Preguntó con el chocolate en la mano. 

-¿Importa?, solo métela y ya- Le dijo Sara volviendo a la lectura del libro. 

Él dudo unos instantes pero terminó haciendo lo que ella le decía. Siempre pensó que las mujeres tenían un sexto sentido para la comida. Aunque Sara obviamente no lo tenía. Luego la leche, calculó al ojo porciento lo que creyó correcto para mirar a Sara de nuevo. 

Ella siguió leyendo -Ahora hay que tener tres yemas de huevo bien mezcladas. ¡Eso lo hago yo!- Dejó el libro a un lado y separó un huevo encima el fregadero de la cocina, para dejar caer allí la clara. Hizo ese procedimiento tres veces más  y miró orgullosa su trabajo -Ahora si le voy a ganar a Cathleen en el concurso de cocina- Comentó más para si misma sonriendo. 

-Ahora hay que mezclarlas, ¿Recuerdas?- Le dijo él buscando un tenedor porque no tenía otra cosa con que batirlas. Se acercó al bowl y con movimientos circulares mezcló las yemas.
Sara volvió a tomar el libro -Lawrence, aquí dice que hay que mezclar cuatro claras, tambien, hacen falta más huevos- Dejó encima del mesón el recetario y caminó de nuevo hasta la heladera y tomó cuatro huevos más. Estaba regresando dando saltitos cuando resbaló por un charco de agua que apareció allí de repente.  Un huevo en la cara, uno en el cabello y dos en el estómago, en ese órden de caída. Lawrence se detuvo para ver si estaba bien. Luego soltó una carcajada muy sonora que no paraba. 

-¿Con que te estas riendo de mi?- Le preguntó alzando una ceja.

-Ni modo- Le contestó entre lágrimas. 

Sara se levantó con cuidado y buscó otro huevo. 

-Espera, Sara, no lo hagas, ¡Se van a acabar y no podremos hacer el postre!- Le comunicó alzando ambas manos como para detenerla. 

-No me importa- Luego de decir eso corrió hasta él y le explotó el huevo en la cabeza. Ahora ella reía. Lawrence tomó el bowl y ella salió corriendo por detrás de la barra desayunadora. 

-¡No, Lawrence!, ¡Recuerda que yo soy mujer y eso no se hace!- Le avisó alzando el dedo índice. 

-No me importa- Le dijo con una sonrisa mientras daba la vuelta y seguía persiguiendo. 

Ella corrió hasta la zona del living, llegando hasta la parte al lado de la chimenea. Hasta allí pudo correr porque él acorraló en la pared. 

-No Lawrence, por favor- Le rogó -Ya estoy bastante sucia- Se señaló de arriba a abajo. 

Él se acercó lentamente con el bowl en una mano -Dime, ¿Por qué no lo haría?, dame una razón- Alzó una ceja y sonrió de medio lado. 

Ella se mordió el labio inferior -Porque estoy frágil y deprimirda, no deberías de aprovecharte de eso- Le puso la mejor mirada de perrito que tenía. Con es Cath siempre caía. 

-Pues, yo no te veo demasiado deprimida, Sara- Se acercó un poco más. 

-Es que, ¡Tu me distraes!- Le dijo sincera. Le costaba pensar en la tristeza cuando se la pasaba bien. 

-¿Y no era eso lo que buscabamos?- El rostro de Lawrence estaba a escasos centímetros del de Sara. 

-Si, pero es que...- De repente su mente quedó en blanco y no pudo decir nada. Abrió la boca y la movió sin pronunciar palabra alguna. Intentaba pensar en Thomas, lo hizo, pero la frase de 'Está muerto, no lo volverás a ver' le rondaba en la cabeza. ¿Thomas no querría que ella fuese feliz?, por supuesto. Pero algo le impedía actuar. 

Ella se acercó un poco más, hasta que sus narices se rozaron. Lawrence dejó caer el bowl al suelo, derramando todas las yemas y sostuvo a Sara por la cintura. Él se sentía ligeramente culpable, no debería de hacer nada considerando el hecho de que ella está débil y pensativa en otra persona. Pero sigue siendo hombre y una parte de él sabía que incluso esto iba a ser bueno para ella. 

Lawrence le abrazó la espalda y la besó en los labios. Ella le correspondió y subió las manos, una la entrelazó con su cabello rubio y la otra en el cuello. 
Esperaba haber hecho lo correcto. 



((cofcofcofestoesloquemegustaríaquepasaraperocomosequenoocurriráhiceestonoseburlendemissueñoscofcofcofmuerehannahcofcofcof))

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Chapter II

Fuck. Fuck. Fuck. ¿Por qué eso le pasaba a ella?, ¿Por qué cuando creía que todo le iba a salir bien por fin llegaba él intentando arreglar lo que no podía arreglarse?, ¿O si podía?, al fin y al cabo eso era lo que ella esperaba, algo distinto, algo porqué luchar con él. Al fin el quería establecerse con ella y eso estaba de maravilla...Si tan solo se lo hubiera pedido el día anterior, o en la mañana antes de salir. 

No obstante, cuando casi estaba segura de lo que iba a responder miró a los ojos a Alfie y por fin vio al hombre del que se había enamorado cuando era tan solo una adolescente. Esos ojos azules que hacían derretir cada uno de los nervios que componen tu cuerpo, y aunque unas arrugas ya se asomaban, lo veía tal cual como si tuviese veintiseis años. 

Sus ojos se empañaron en lágrimas. No, no podía decirle que no, lo amaba, al fin recordó lo que se sentía amar a alguien. Él era todo para ella, sacrificó su fortuna, a su querido hermano, todo, para estar con el hombre que en ese momento le estaba pidiendo matrimonio. Tal vez todo iba a mejorar a partir de ahora, tal vez todo iba a volver a ser como antes, pero solo lo iba a averiguar tomando una decisión. 

Se arrodilló frente a él.

-Si- Fue lo único que pudo contestar entre sollozos. Alfie sacó el anillo de la cajita y le tomó una mano para ponerselo. Sonrió. 

Se lanzó sobre él para besarlo. Luego hicieron el amor. Como antes lo hacían. 

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Llovía. Estaba en la otra calle en frente del restaurant con su paraguas negro. Viendo a Matthew sentado sobre la misma mesa que el día anterior. Veía su anillo constantemente. Debía tomar una decisión. Si a ella no le gusta que Alfie ande con otras, ella no debería de hacerle eso a él. Debía actuar como una adulta que ya era y mostrar algo de autocontrol ante esa situación. Pero no dejaba de rondarle la cabeza lo bien que se la había pasado con Matthew, la hacía sentir como una adolescente otra vez, pero ahora Alfie volvía a ser el de antes. Oh, fuck, odiaba los problemas. ¿Cómo habría sido su vida si nunca hubiese besado a Alfie en esa fiesta?, ¿Estaría de novia con algún chico millonario de Hartfield el cual su familia adoraría?, probablemente. Pero no podía pensar en eso, tenía algo que hacer en el presente, volver al pasado no le ayudaría en nada. 

Suspiró y se sacó el anillo. Lo guardó en el bolsillo y cruzó la calle. Entró al restaurant. 

-Hola, lamento la tardanza- Le dijo forzando una sonrisa mientras se sentaba en frente de él. 

-Pensé que no vendrías y que te habías ido con otro- Le dijo bromeando. 

Ella se puso seria por la cruel ironía -Yo no podría hacer eso, Matthew- Mintió. Si, se sentía como una completa basura. 

-Te compré un café, imaginé que no te gustaba muy oscuro- Le arrimó la taza. Emma sonrió con cierta tristeza, porque había acertado, dudaba si Alfie sabía eso de ella, que no le gustaba mucho el café negro

-Ayer nos quedamos hablando de lo que hacíamos, ¿Cierto?, me tocaba a mi hablar. Pues trabajo en una tienda de discos a unas cuantas calles de aquí, dan buena paga y me dan descuentos. Veo muchas chicas que coquetean conmigo. La verdad no se que tengo, pero vienen las mismas cada semana a comprar. Lo que es genial, más clientela- Bajó la mirada y luego la posó en los ojos de Emma -Tal vez por eso me agrades. Eres la primera que no coquetea conmigo de forma descarada. 

-¿Acaso lo hago de otra forma?- Le preguntó interesada. 

-Siento que indirectamente lo haces- Le contestó divertido. 

-En tus sueños, Matthew- Le volteó los ojos. 

-Y a mi me encanta soñar- Ladeó la cabeza intentando buscar su mirada. Al ver que no lo conseguía se atrevió a tomarla por la barbilla. Tal y como Alfie hace. 

-¡Suéltame!-  Le empujó la mano lo que hizo que el café se derramara sobre la mesa. Emma se levantó y salió del restaurant, sin si quiera sacar el paraguas. Matthew ya corría detrás de ella. 

-¡Emma, espera!- Le gritó. Pero ella no se detuvo. 

Se metió las manos en los bolsillos del pantalón. Llovía a cántaros. Comenzó a llorar, no sabía si de culpabilidad o porque realmente quería voltear y seguir estando con él. Pero una de sus manos agarraba con fuerza el anillo. 

Él corrió lo suficiente como para atravesársele -¡Te suplico que me digas que te pasa!- La sostuvo con los hombros. 

Lo miró con esfuerzo sobrehumano -No lo entenderías- En eso soltó un sollozo que no pudo contener. 

Matthew la empujó hacia él para abrazarla. Emma le devolvió el abrazo y lloró en su pecho. 

-Te prometo que las cosas van a mejorar- Le dijo él en un intento de reconfortarla. Ella no pronunció palabra alguna. Se quedaron allí, abrazados en la lluvia un rato. 

-Debo irme a clases- Le dijo ella separándose y secándose las lágrimas en vano porque de todas formas tenía la cara empapada. 

-¿Te veré mañana?- Le preguntó él sosteniéndole la barbilla de nuevo. 

-No lo se, tal vez- Movió la cara para soltarse. 

-Te esperaré de todas formas- Esbozó una pequeña sonrisa -Mañana será mi cumpleaños número veinticinco, espero al menos eso como regalo. 

Lo miró sorprendida -Adiós Matthew- Le dijo antes de seguir su camino. 

Merlín. Y era casi de su edad. 


PD: Como yo no soy no tengo superpoderes para escribir como copynpastel (Sigo amándote) el próximo capitulo se los daré luego.

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